Una esperanza para los océanos
Eliminar la basura plástica del mar, disminuir el uso de plástico en el transporte marítimo y la pesca, reciclarlos, proteger mejor el entorno marino, las vidas humanas y sus medios de subsistencia son parte de los objetivos de GloLitter, un proyecto internacional encabezado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (fao), la Organización Marítima Internacional (omi) y 30 países, firmado en abril de este año.
Brasil, Costa Rica, Costa de Marfil, India, Indonesia, Jamaica, Kenia, Madagascar, Nigeria y Vanuatu se desempeñarán como socios principales de GloLitter y defenderán las acciones por realizar en Asia, África, el Caribe, América Latina y el Pacífico. Mientras que Argentina, Cabo Verde, Colombia, Ecuador, Gambia, Mozambique, Nicaragua, Panamá, Perú, Filipinas, Senegal, Sri Lanka, Islas Salomón, Sudán, República Unida de Tanzania, Tailandia, Timor-Leste, Togo, Tonga y Vietnam participarán como países socios.
GloLitter Partnerships busca ayudar a los países en desarrollo a prevenir y reducir la basura marina, especialmente la plástica, dentro de los sectores del transporte marítimo y la pesca, así como identificar métodos para disminuir el uso de plástico en ambas industrias.
Esta iniciativa surge como un método para impedir que los océanos sigan siendo contaminados. Se estima que cada año acaban en el mar unos ocho millones de toneladas de plástico, un material que puede tardar siglos en desaparecer.
Además, el plástico que termina en los océanos mata a millones de animales marinos al año y afecta a cerca de 700 especies, muchas de ellas en peligro de extinción.
Animales estrangulados por redes de pesca abandonados y daños no visibles provocados por microplásticos —nombre con el que se conoce a los fragmentos de menos de cinco milímetros— son de los problemas más graves que genera todo el plástico que usa la humanidad.
Según datos de Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el 40% de los más de 407 millones de toneladas de plástico que se producen al año, es desechable y la gran mayoría termina en el mar.