Gastronomía
Lecciones financieras aprendidas del mundo de la enología
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Fotografía cortesía de ⓒUnsplash.
Detrás de cada botella de vino se esconden algunas lecciones que pueden aplicarse a las finanzas personales y el mundo empresarial.

El mundo de la enología es mucho más que una simple afición o un placer culinario. Detrás de cada botella de vino hay preparación, cuidado y toma de decisiones, tres ingredientes indispensables para el éxito de toda bodega y de cualquier negocio.

Para Thomas M. Scarda, ejecutivo de franquicia certificado y fundador de The Franchise Academy, los negocios y la elaboración del vino coinciden en que los resultados dependen de decisiones que uno toma: “Un enólogo necesita probar y catar el producto para determinar cuándo rotar las barricas o cuándo es el momento perfecto para embotellar el vino y luego beberlo. En los negocios, el propietario debe tener los medios para tomar decisiones, para bien o para mal, pero no puede quedarse sentado y no hacer nada”, afirma.

La enología nos enseña que la paciencia es clave en la inversión a largo plazo, ya que permite ver crecer lentamente nuestros activos con el tiempo. Otro aspecto destacable es la diversificación; por ejemplo, los enólogos combinan diferentes variedades de uva y técnicas de vinificación para crear vinos equilibrados, mientras que, en las finanzas, si inviertes en distintos activos, como acciones o bienes raíces, puedes protegerte contra las fluctuaciones del mercado.

La producción de vino requiere una planificación cuidadosa; muchas veces, al igual que en los negocios, hacer vino es una cuestión de ubicación. En finanzas, una planificación a largo plazo es esencial al establecer metas financieras, crear un presupuesto y seguir un plan de ahorro para alcanzar los objetivos.

“Algunos intentan acelerar el proceso, pero el vino pierde su integridad, como una empresa que intenta tomar atajos”, asegura Thomas M. Scarda, fundador de The Franchise Academy.

Como en todo reto, uno se encuentra con adversidades: los enólogos se enfrentan a desafíos climáticos cada temporada, enfermedades en las uvas y otros obstáculos que pueden afectar la producción de vino. Del mismo modo, en la vida financiera existen recesiones económicas o emergencias personales, por lo que la resiliencia y la capacidad de adaptación son cruciales para seguir adelante.

“Puede que el vino no sea perfecto si decides embotellarlo demasiado pronto, pero no es el fin del mundo, aún puedes disfrutarlo e incluso venderlo. Con el tiempo, uno perfecciona sus habilidades para tomar decisiones hasta convertirse en un maestro”, comenta el experto en franquicias.

En conclusión, la inversión a largo plazo, la diversificación y la planificación son principios que podemos aplicar en nuestra vida financiera. Los enólogos saben que la calidad es más importante que la cantidad, pues en lugar de producir grandes cantidades de vino, prefieren enfocarse en producir vinos excepcionales, lo que se traduce en inversiones sabias lejos de los rendimientos a corto plazo.

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Fotografía cortesía de ⓒUnsplash

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