Gastronomía
Los frutos secos y el cerebro.
¿Cuáles son sus efectos?
imagen
Fotografía cortesía de ⓒGetty Images.
Los frutos secos son ricos en ácidos grasos poliinsaturados, importantes para la formación de neuronas nuevas.

De acuerdo con diversos estudios analizados por especialistas de la Universidad de Oviedo, la Universidad Autónoma de Madrid y otros centros educativos de España en el artículo titulado “Consumo de frutos secos y función cognitiva: una revisión sistemática”, consumir frutos secos puede tener efectos benéficos en las funciones cognitivas, entre las que se incluyen los procesos mentales necesarios para recibir, procesar y sintetizar información. Estas capacidades tienden a deteriorarse con el envejecimiento biológico, lo cual ha sido motivo de preocupación a lo largo de los siglos. En este sentido, se ha buscado preservar estas funciones durante el mayor tiempo posible a través de una alimentación adecuada.

Los frutos secos son semillas o frutos con cáscara dura que se consumen en su forma seca. Algunos ejemplos comunes son las almendras, nueces, avellanas, pistaches y cacahuates. Estos alimentos son valorados por su sabor, textura y beneficios nutricionales, ya que son ricos en grasas saludables, proteínas, vitaminas, minerales y fibra.

Uno de los aspectos más destacados de los frutos secos es su riqueza en ácidos grasos esenciales, como los omega-3 y los omega-6, fundamentales para el desarrollo y funcionamiento óptimo del cerebro. Los omega-3, en particular, han sido objeto de gran atención debido a su papel en la mejora de la memoria y la función cognitiva. Consumir frutos secos regularmente puede proporcionar una fuente natural de estos ácidos grasos, lo que podría contribuir a mantener un cerebro sano y ágil.

Consumir frutos secos regularmente puede estar relacionado con un menor riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson.

Los frutos secos son también una excelente fuente de antioxidantes. Estas sustancias son conocidas por su capacidad para combatir los radicales libres y proteger las células del daño oxidativo. Se ha demostrado que los antioxidantes presentes en los frutos secos pueden tener efectos neuroprotectores, ayudando a prevenir el estrés oxidativo y el envejecimiento celular en el cerebro. Esto podría traducirse en una reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson.

Además de estos efectos directos en el cerebro, los frutos secos también pueden tener beneficios indirectos en la salud cerebral a través de su impacto en otros aspectos de nuestro bienestar. Por ejemplo, su contenido de fibra y proteínas puede contribuir a mantener estables los niveles de azúcar en la sangre, algo esencial para un suministro constante de energía al cerebro.

Todas estas ventajas hacen de los frutos secos un aliado para potenciar nuestras funciones cognitivas y proteger nuestro cerebro a lo largo del tiempo. Además de su impacto directo en nuestra salud cerebral, su inclusión en nuestra dieta diaria también puede tener efectos positivos en otros aspectos de nuestro bienestar general. Así que la próxima vez que disfrutes de un puñado de frutos secos, recuerda que estás tomando una decisión saludable que beneficia a tu mente y a tu vida en general.

Fuente “Consumo de frutos secos y función cognitiva: una revisión sistemática”

imagen
Fotografía cortesía de ⓒRaspopova Marin.

regresar

anuncio