El cortisol es una hormona esteroidea producida por las glándulas suprarrenales, que son pequeñas glándulas ubicadas encima de los riñones. Es conocida como “hormona del estrés” porque se libera en respuesta a eventos estresantes o peligrosos. Este mecanismo de supervivencia prepara al organismo para enfrentar situaciones de lucha o escape. En dichos momentos, esta hormona aumenta los niveles de glucosa en la sangre para proporcionar energía a los músculos y el cerebro, lo que permite responder de manera más eficiente ante una amenaza.

Sin embargo, entre los signos visibles de la presencia del cortisol se encuentran el aumento de peso, las alteraciones en el estado de ánimo, la disminución de la función inmunológica y algunos trastornos del sueño. Por ello es indispensable reducirla adoptando cambios en el estilo de vida y manteniendo una actitud positiva que, en conjunto, contribuyan al bienestar general.

Existen varias maneras de disminuir el cortisol en nuestro organismo, una de las principales es realizar ejercicio, aunque sea moderado, de manera constante para mejorar el estado de ánimo. Actividades sencillas como caminar o practicar técnicas de respiración, o algunas más difíciles como nadar o el yoga, pueden ser de mucha utilidad para manejar el estrés.

Mantener una alimentación saludable y limitar el consumo de cafeína, azúcar y alimentos procesados también es benéfico, ya que el cortisol desempeña un papel importante en el metabolismo de los nutrientes, como los carbohidratos, las proteínas y las grasas. Así que llevar una dieta sana contribuirá a equilibrar los niveles de glucosa y cortisol en la sangre.

Asimismo, invertir tiempo en actividades relajantes o que permitan olvidar por un momento el estrés cotidiano reduce los niveles de cortisol y, sin duda, dormir entre 7 y 9 horas también ayuda, ya que esta hormona se eleva a lo largo del día, sobre todo en la mañana, y disminuye gradualmente por la noche.

Es posible que muchos de los problemas de salud que aquejan a la sociedad actual se deban a los altos niveles de cortisol, por ello es indispensable realizar acciones intencionadas que ayuden a mantener nuestro cuerpo en equilibrio. Si ninguna de estas acciones funciona, siempre es una buena idea consultar con un especialista.