Ciencia
Combatiendo
la basura electrónica
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Imagen cortesía de ⓒEl Sol de México.
Desde 2014, los desechos electrónicos han aumentado de manera global en más de 9 millones de toneladas. En 2019 se produjeron 53 millones de toneladas, y se estima que para 2030 superemos los 75 millones de toneladas.

La basura electrónica ha tenido un gran impacto en el medio ambiente debido a lo difícil que resulta su reciclaje. Teléfonos celulares, tabletas, televisores, lámparas LED, congeladores, paneles fotovoltaicos, máquinas expendedoras y otros dispositivos electrónicos son sólo algunos de los ejemplos de aparatos que son constantemente desechados.

Una de las razones de esta gran cantidad de desechos es su corta vida, lo que se conoce como obsolescencia programada, así como el acelerado ritmo de consumo que caracteriza a la sociedad actual. Esto ha tenido como consecuencia que los desechos electrónicos sean los que más rápidamente crecen en el mundo.

“La reutilización de este tipo de residuos se ha convertido en la única alternativa frente a un sistema de reciclado aún ineficaz para reducir los altísimos niveles de basura electrónica”, destaca Thibaud de Larauze, de Back Market, la segunda compañía más innovadora de Europa, cuyo objetivo es proponer el reacondicionamiento de la industria electrónica.

Algunas organizaciones como Recyclia, dedicada a la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, han llamado la atención sobre la problemática que esto conlleva, insistiendo en que 90% de los materiales que contienen los teléfonos celulares son reutilizables en la fabricación de nuevos productos tras ser sometidos a distintos procesos de reciclaje. Francia y España ya han tomado medidas legales para prohibir cualquier técnica que obstaculice la reparación o restauración de los aparatos electrónicos, y de ese modo obligar a los productores a compartir información sobre los repuestos.

Otra alternativa que intentan impulsar para reducir la basura electrónica es el alquiler tecnológico, cuyo actual reto consiste en combatir la mentalidad del consumidor tradicional, que no se ha acoplado a la posibilidad de alquilar productos electrónicos. Sin embargo, como afirma Sergio Alonso, responsable de Crecimiento para Europa, Oriente Medio y África de la empresa Grover, dedicada al alquiler de dispositivos electrónicos, es sólo cuestión de tiempo para que los usuarios confíen en este nuevo hábito de consumo.

Desde marzo de 2022, la compañía ha reacondicionado más de 115 000 dispositivos, reduciendo así el número de compras directas y el impacto ambiental que eso conlleva. Con estas acciones se espera reducir el impacto ambiental por desechos electrónicos en los próximos años.

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Fotografía cortesía de ⓒPQS.
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