Gastronomía
Maximo,
el reflejo de la reinvención
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Fotografía cortesía de ⓒAlejandro Yanes.
Frente a la crisis que planteó la pandemia, el sector restaurantero tuvo que renovarse y plantear soluciones para poder sobrevivir. Uno de los ejemplos más claros es Maximo, del chef Eduardo García, que enfrentó estos problemas con determinación y creatividad.

Vivir la experiencia de una pandemia donde claramente ha habido retos no sólo de salud, sino económicos, sociales e incluso emocionales, crea la necesidad de conocer historias que inspiren y que devuelvan la confianza para creer que todo es posible y que esta adaptación a la que el mundo ha sido orillado, puede ser una oportunidad de resiliencia.

Un claro ejemplo de esto es el restaurante Maximo, que puso a prueba su creatividad, se adaptó a las circunstancias y se reinventó de una forma extraordinaria bajo el liderazgo del chef Eduardo García.

Fue tal la determinación de Maximo y la eficacia con la que sobresalió durante la pandemia, que ha sido reconocido con el premio de Mejor Reinvención de la lista Latin America’s 50 Best Restaurants.

Para el chef Eduardo era importante adaptarse al repentino cambio y que, como equipo, buscaran y encontraran la forma de salir adelante. Sobrevivir, seguir manteniendo la plantilla, pagar la renta y la nómina. No los detuvo la necesidad de hacer ajustes, de replantear una forma de trabajo que les había dado tanto éxito desde que abrieron en 2011, sabían que tenían que darle un giro, cubrir las nuevas necesidades de los consumidores, planear platillos para llevar y continuar ofreciendo la mejor calidad, extraordinarios sabores y experiencias gastronómicas únicas, ahora desde casa.

Eduardo García es por naturaleza imparable. Como migrante, trabajó en Estados Unidos desde muy pequeño, primero en el campo con sus padres, en la pisca de frutas y verduras, y luego en restaurantes, donde despertó su pasión por la cocina.

Hoy Maximo celebra su 10 aniversario con gran éxito y una historia de resiliencia incomparable, donde la fortaleza les permitió seguir en medio de un entorno de incertidumbre para la industria.

Eduardo García es por naturaleza imparable. Como migrante, trabajó en Estados Unidos desde muy pequeño, primero en el campo con sus padres, en la pisca de frutas y verduras, y luego en restaurantes, donde despertó su pasión por la cocina.

A pesar de que su estancia en el país del norte le enseñó muchas cosas, no todo fue tan sencillo, pero si algo ha demostrado este chef, es talento y facultades de sobra para enfrentar la adversidad y salir adelante a pesar de las circunstancias.

Al ser deportado y estar de vuelta en su país de origen, buscó cuál era el mejor restaurante de México; fue así como se integró a las filas de Pujol, donde, además de continuar con su aprendizaje, conoció a su esposa y cómplice, con quien posteriormente, creó Maximo, Lalo! y Havre 77.

Un líder nato, cercano a su equipo, talentoso y solidario, presente en la cocina, un claro ejemplo —junto con su esposa y aliada, Gabriela López— de reinvención cuyo talento se refleja en el éxito de Maximo, uno de los restaurantes mexicanos con mayor reconocimiento dentro y fuera del país.

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Fotografía cortesía de ⓒAlejandro Yanes.
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